Las mentiras a la hora del sexo son más comunes de lo que muchos piensan. Antes que nada, coincidamos en que la mentira tiene relación directa con la autoestima. Mentimos cuando nuestro ego se ve amenazado o cuando queremos sacar provecho de una situación. En este contexto, nadie se animaría a poner en duda que la mentira es un mecanismo de defensa.
En materia sexual, también se miente por temor a quedar expuesto o a perder algo. Generalmente se miente para “negar una situación y no hacerse cargo” (autoengaño), para no “quedar mal” o para no herir a la pareja (a la de siempre o a la del momento o, incluso, a la circunstancial). También se miente para conseguir placer sin importar en nada lo que pueda pasarle al otro (¿se acuerdan de Sexo, mentiras y videos ?).
De una u otra forma, detrás de cada mentira suele haber una inseguridad personal o algún conflicto de pareja a resolver. Sea cual sea el motor de la mentira, en el sexo hay tantos tipos de mentiras como podamos suponer en otros planos de la vida.
Están registradas: la mentira inocente (la que suele usarse para evitar herir emocionalmente a los demás), la mentira beneficiosa (la que se usa para tratar de ayudar al otro), la mentira maliciosa (las que se dicen por venganza, para obtener algún beneficio o ganar en situaciones competitivas), la mentira engañosa (la más perversa, porque pretende hacer daño o aprovecharse de la situación sin escrúpulos). Como ya advertimos, también está el autoengaño.
Quienes han estudiado sobre “el sexo y las mentiras” consideran que el engaño más común es la de las mujeres que fingen orgasmos. Es alto el porcentaje de quienes tienen problemas para alcanzarlo y, en este marco, prefieren simular la situación para evitar problemas con su pareja o por temor a que las tilden de “frígidas”.
Están también las mujeres (incluso algunos hombres) que fingen estar en un clímax ideal para estimular a quien comparte la cama y hacer del acto algo más placentero. ¿Cuántas veces gritaron más de la cuenta o se movieron más de lo que quisieron o pudieron con tal de ponerle onda a la situación?. Seguro que “alguna vez”, sino “muchas”. Cada quien con sus secretos y mentiras.
Lo ideal sería que, cuando es verdadero el deseo de sostener el vínculo, cada día haya menos escenario para las mentiras. Así como ayudan a sostener, también debilitan las relaciones. Lo ideal sería poder comunicar abiertamente lo que a uno le gusta o prefiere evitar; así como aquello que nos limita a la hora de encender el goce.
En materia científica, las mentiras en el sexo suelen tener fundamento en: la falta de aprecio, cariño, atracción o deseo; la dispareunia (dolor en el acto sexual) u otras disfunciones sexuales (disfunción eréctil, eyaculación precoz, fimosis, etc.), los habituales cambios hormonales, cuadros de estrés, ansiedad y depresión, etc.
Si bien, cada día, hombres y mujeres tienden a compartir las mismas mentiras, aún algunas siguen siendo propias de cada género.
Las mentiras más comunes de las mujeres:
1. Fingir cansancio
2. Nadie me hizo sentir como tu . ¡Eres lo maximo!
3. ¡Guau! Nunca vi nada igual.
4. Ay, me duele…
5. Me miran, me dicen piropos (y otras barbaridades!), pero yo soy sólo tuya.
6. Mis fantasías son contigo
Las mentiras más comunes de los hombres:
1. Te juro que sólo pienso en ti. Eres la mujer de mi vida.
2. Nadie hace el amor comotu
3. Es ella la que me busca. Yo no le doy pie a nada
4. Del hombre a su amante: “Con mi esposa estoy solo por mis hijos, pero ya no tenemos relaciones”.
5. Del hombre a su amante: “Te doy todo lo quieras. Lo mío es tuyo”.
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