El acto de masturbación: acariciar o frotar los órganos genitales con
el objetivo de llegar al orgasmo; tanto en los hombres como en las
mujeres.
Este placer no es exclusivo de los jóvenes, de hecho la masturbación
es una constante durante las diversas etapas de la vida; y no solamente
se realiza por y para el mismo individuo, pues tanto ellas como ellos
pueden masturbar a su pareja durante una relación sexual.
Los genitales sí son la parte más importante, pero no son el todo, ya
que puedes complementar la masturbación acariciando piernas, brazos,
cara, pechos, abdomen, todas las zonas erógenas que te provoquen
excitación.
Además, no únicamente puedes masturbar a su pareja con las manos,
sino que existen otras partes del cuerpo que puedes utilizar para hacer
llegar al clímax a esa personita especial.
De10.mx, con información de nosotras.com y pretenciosas.com, enlista algunas técnicas que te servirán para salir de la monotonía en tus relaciones sexuales.
El pecho. Es cuando el pene del chico se coloca
entre los senos de la chica haciendo presión, y ella se mueve para
provocar fricción y mucho placer. Esta práctica es una de las más
populares; de hecho, se les conoce como “rusa” o “cubana”, y sin duda es
una de las preferidas de los caballeros, porque además de la
masturbación, desde su posición puedes disfrutar de una excelente vista.
La boca. Esta técnica puede realizarse de hombre a
mujer y viceversa, pero a diferencia del sexo oral común, donde puedes
meter las manos para ayudarte, aquí el reto es hacerlo únicamente con la
boca y sus componentes como lengua, labios, paladar y dientes; además
de algunos movimientos de cabeza para acomodarte adecuadamente y
estimular a tu amante hasta que llegue al orgasmo… ¿Aceptas el reto?
Los pies. Hombres y mujeres pueden aplicar esta
técnica. En el caso de las chicas, tienen que poner el pene entre las
plantas de sus pies, los cuales tienes que mover como si fueran tus
manos; sólo ten cuidado con la fuerza que apliques en los movimientos.
En el caso de los hombres, pueden acariciar con los dedos de sus pies
los labios vaginales con suaves movimientos para excitarla; después,
pueden pasar al clítoris, haciendo un poco más de presión, hasta el
punto de provocarle uno, o varios orgasmos.
La pelvis. Ella se tiene que colocar encima de él
con las piernas abiertas, de modo que su pelvis quede sobre su pene; ya
en esa posición, ella comienza a moverse, provocando una fricción
sumamente placentera para ambos. Esto lo pueden hacer previo a la
penetración, con la ropa aún puesta o sin ella.
El muslo. Cuando la chica se encuentre recostada en
la cama con las piernas un tanto abiertas, el chavo coloca uno de sus
muslos entre ellas, presionando la vagina, mientras la mujer comienza
moverse, lo que provocará un roce delicioso. Al mismo tiempo, él puede
acariciar los senos y el resto de la piel de su amante.
Las nalgas. Si ella se sienta sobre él, colocando su
trasero sobre su pene, y comienza a moverse de adelante hacia tras,
haciendo presión sobre su miembro, y poco a poco va aumentado la
velocidad, ambos podrán sentir gran placer.
La masturbación en palabras. Con las palabras y
sonidos que realizas con la boca también pueden estimular y excitar a tu
pareja. Prueba murmurándole al oído frases sensuales y provocativas,
que puedes complementar humedeciendo un poco, con la punta de tu lengua,
el conformo de su oreja, y tal vez bajando hacia el cuello y el
pecho… Y lo demás, que tu imaginación lo consume.
Todo el cuerpo. En realidad cualquier parte del
cuerpo, puede ser el instrumento perfecto para masturbar a tu pareja. El
punto, es que ambos estén de acuerdo en experimentar nuevas técnicas y,
que en la práctica, vayan construyendo su propia fantasía sexual.
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