Las fantasías sexuales, son justamente eso, un producto de la imaginación, que casi todas las personas tenemos de una forma u otra, para mejorar e incrementar la calidad de nuestra vida sexual. Al ponerlas en práctica, dejan de ser una fantasía para transformarse en una realidad.
Las fantasías sexuales, sirven de alguna manera para despertar la amplia y gran variedad de reacciones que tiene nuestro propio cuerpo, algunas realmente resultan muy excitantes para compartirlas y jugar en la pareja y otras pueden ser totalmente desconcertantes o indiferentes, ya que no todos tenemos los mismos gustos.
Nuestra imaginación es realmente variada de una persona a la otra y las fantasías sexuales, pueden resultar un excelente incentivo para canalizar las energías de los impulsos sexuales en quienes están solos o simplemente para variar la rutina cuando se está en pareja. Como son parte de nuestra propia ficción, son totalmente saludables.
Al ser privadas, nadie nos cuestionará aquello que pensamos, deseamos, o nos gustaría realizar. De esta forma somos artífices de nuestra propia película, y podemos reformarla, cambiar aquello que no nos agrada y sentirnos completamente a gusto, mientras disfrutamos plenamente de la sexualidad. No hay que tener vergüenza todos tenemos fantasías.
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