El deseo de tener relaciones sexuales es un factor primordial y si no hay deseo por ambas partes el coito no es más que una formalidad, una obligación o una coacción. En tal caso, el coito es sólo una “reunión de órganos”, pero no de mentes. Para una vida sexual satisfactoria la unión entre cuerpo y mente es de máxima necesidad.
La frigidez en la mujer implica frialdad o falta de respuesta sexual. Las mujeres de naturaleza frígida no responden a los avances sexuales del hombres y terminan teniendo relaciones pasivas, actuadas o simplemente por el hecho de complacer a su pareja.
La frigidez en la mujer es diferente de la anorgasmia, donde el problema es la falta de orgasmo femenino y no la falta de deseo sexual.
Algunos estudios han investigado los factores que contribuyen a la frigidez. En la mayoría de los casos, la falta de interés sexual o frigidez está relacionada con factores psicológicos o sociales, el impacto psicológico del pasado (la infancia y la adolescencia) y los acontecimientos actuales (tanto la persona como su relación de pareja).
Uno de los factores condicionantes más frecuentes es el aburrimiento conyugal. También la educación que se recibe, la falta de diálogo, o las prácticas sexuales forzadas (o medio forzadas) poco satisfactorias.
También pueden exisitir factores más individuales que influyen en la frigidez como el estrés, la fatiga, la salud, la menopausia, el evejecimiento, desórdenes hormonales, moralidad y normas religiosas severas, la identidad sexual y otras experiencias personales que pueden alterar el deseo sexual.
La frigidez en la mujer es una condición en la cual puede haber una disminución o ausencia de lubricación vaginal en respuesta al estímulo, y puede presentarse como algo circunstancial o situaciaonal, o como un problema general que afecta a toda una vida.
Dado que la relación entre la mujer y su pareja ha puesto de manifiesto el papel significativo de los problemas de frigidez, la mayoría de los programas de tratamiento están diseñados para ser implementados en pareja, pero también pueden haber terapias y tratamientos individuales centrandos en la mujer.
La frigidez en la mujer implica frialdad o falta de respuesta sexual. Las mujeres de naturaleza frígida no responden a los avances sexuales del hombres y terminan teniendo relaciones pasivas, actuadas o simplemente por el hecho de complacer a su pareja.
La frigidez en la mujer es diferente de la anorgasmia, donde el problema es la falta de orgasmo femenino y no la falta de deseo sexual.
Algunos estudios han investigado los factores que contribuyen a la frigidez. En la mayoría de los casos, la falta de interés sexual o frigidez está relacionada con factores psicológicos o sociales, el impacto psicológico del pasado (la infancia y la adolescencia) y los acontecimientos actuales (tanto la persona como su relación de pareja).
Uno de los factores condicionantes más frecuentes es el aburrimiento conyugal. También la educación que se recibe, la falta de diálogo, o las prácticas sexuales forzadas (o medio forzadas) poco satisfactorias.
También pueden exisitir factores más individuales que influyen en la frigidez como el estrés, la fatiga, la salud, la menopausia, el evejecimiento, desórdenes hormonales, moralidad y normas religiosas severas, la identidad sexual y otras experiencias personales que pueden alterar el deseo sexual.
La frigidez en la mujer es una condición en la cual puede haber una disminución o ausencia de lubricación vaginal en respuesta al estímulo, y puede presentarse como algo circunstancial o situaciaonal, o como un problema general que afecta a toda una vida.
Dado que la relación entre la mujer y su pareja ha puesto de manifiesto el papel significativo de los problemas de frigidez, la mayoría de los programas de tratamiento están diseñados para ser implementados en pareja, pero también pueden haber terapias y tratamientos individuales centrandos en la mujer.
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