Aprende a liberarte de esas trabas y limitaciones para que por fin tengas ese sexo que te enloquecerá.
¿Qué es lo normal?
“Me excita que mi chico me hable
sucio y me penetre por detrás. ¿Soy normal?”. Sí, como ella, seguro tú
también te haces la gran pregunta (¿qué es lo “sexualmente normal”?), he aquí el primer tabú sexual que debes eliminar.
- ¡Todo es normal! No existe
absolutamente nada que puedas desear (evidentemente no hablamos aquí de
enfermedades) que sea anormal. “Todo aquello que te produzca
deseo, siempre que te respetes a ti misma y a la persona que tengas a
tu lado, es sano y normalísimo”.
-“El sexo es natural y necesario, además
de irrenunciable, pero hay que acercarse a él eliminando el
sentimiento de culpa que nos inculcan desde pequeñas. Hay que
liberarse, solo hay que dejar de sentirse culpable y disfrutar con
ello: entender que tu cuerpo es un templo, no una prisión”.
-El sexo nos humaniza:
“En vez de pensar que cuanto más sexo se practica más animal eres,
tenemos que pensar que éste nos humaniza. No es un acto animal: ¿tú
crees que al mono le importa encontrarle el punto G a la mona?”.
Eres un ser sexual
El segundo paso tras entender que –te
guste lo que te guste– eres normal es comprender que vas a tener deseo
sexual toda tu vida. “Eres un ser sexuado. Para siempre. Una razón de
peso para que desde ya convivas con él y le saques el máximo partido”.
Para ello, te recomendamos:
-Que no te asuste: “habla del sexo en
positivo, nunca en términos negativos, porque en vez de darle el valor
que tiene, lo conviertes en un problema”.
-Sé natural: “Y sobre todo ¡déjate de
tonterías con tu cuerpo! Las mujeres estamos tan pendientes del físico
que en vez de disfrutar del momento solo pensamos en que nos van a ver
el michelín. Ellos jamás reparan en eso, y que lo único que buscan es
tu entrega”.
-Toca y siente: “La palabra tabú viene
del indonesio y significa, literalmente ‘no tocar’. Así que tienes que
hacer lo contrario. Empieza por tocarte a ti misma hasta que te
conozcas tan bien que sepas guiar sin titubeos al hombre, y después
toca todo –y digo todo– de tu pareja”.
-Provócate: “Para
provocar a los demás, antes debes saber cómo excitarte a ti misma.
Busca aquello que te excite y después compártelo con quien quieras”.
¿Sexo sin amor?
He aquí otro gran tabú sexual: las
mujeres sólo disfrutamos del sexo con amor. “Este pensamiento es una
trampa social. Como las mujeres no tenemos ‘estro’ (el celo de las
hembras animales), siempre estamos predispuestas al sexo sin que se nos
note. Ese miedo a que nos acostemos con cualquiera cuando nos dé la
gana ha hecho que los hombres se hayan inventado esta teoría del “sexo
con amor”. Para atarnos corto”.
- Dicotomía entre chicas salvajes y las pasivas:
“El control del deseo de la mujer es a través del amor: si yo digo que
me gusta el sexo con amor y también por puro sexo, paso directamente
al bando de las putas. Si lo dice un hombre, no solo no se le juzga,
sino que hasta se le respeta”.
-¿Seré ninfómana? “Que
no te asuste que te guste el sexo porque sí. Las ninfómanas no existen.
Antes, en el siglo XIX, se hablaba en psicología de las “mujeres
histéricas” y del “furor uterino”. Aún seguimos arrastrando esto. Ser
una mujer con el deseo sexual hiperactivo, no es estar enferma ¡sino
liberada!”.
-Los beneficios del sexo por sexo
“no son ni mejores ni peores que los que se tienen cuando amas a la
pareja. A ver si nos enteramos de una vez: no follamos con un cuerpo,
sino con la cabeza. Aunque te acuestes con un desconocido, en el
momento del acto sexual, aunque sea durante segundos, piensas en el
otro con cierto amor: eso es el feeling”.
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