Estoy muy cansado, tuve un día terrible en el trabajo”. “Perdón, pero la verdad que se me parte la cabeza”. “No, pará, que los chicos están despiertos y nos pueden escuchar”.
Cualquier similitud entre estas frases y un hecho de la vida real, no es mera coincidencia. Por el contrario, durante la vida de pareja, muchas veces se experimenta una situación que los expertos denominan “asincronía sexual”. Se trata simplemente de un desencuentro. De que uno de los dos “tenga ganas” y el otro no. Estar en distinta sintonía a la hora del sexo.
Si bien es normal que los miembros de una pareja no siempre coincidan en sus ganas de tener relaciones, una situación de este tipo, llevada al extremo, puede llegar a provocar graves conflictos en una relación. De hecho, los sexólogos aseguran que dentro de la sexología clínica, la “asincronía sexual” es una de las consultas “madres”. Detrás de algún episodio en particular o un argumento oculto, alrededor del 30% de las parejas que concurren a una consulta lo hacen por un caso de falta de deseo. Y si bien lo consideran recurrente, los especialistas también aclaran que, como la mayoría de los temas ligados a la sexualidad, pocas veces llegan a ser consultados, lo que logra situaciones irreversibles.
La licenciada Adriana Arias (psicóloga, sexóloga y autora de varios textos referidos al tema) explica que “es casi normal que en una consulta de este tipo no exista ningún tipo de disfunción sexual en los miembros de la pareja, ya que la respuesta sexual de cada uno es normal”. Por lo tanto, no se está en presencia de una enfermedad, pero sí de un problema. “Cuando se estimula el territorio de los cuerpos, éste funciona bien. Sin embargo, falta el componente del deseo, del erotismo hacia el otro. Por ello es que se vuelve imprescindible la evaluación y el análisis, porque si esto no se logra puede provocar una sexualidad verdaderamente disfuncional y poner en peligro la vida de pareja en sí”, puntualiza Arias.
Los expertos avisan que entre las causas más comunes de pérdida del deseo, sólo el 10% son de origen físico o biológico, prevaleciendo las psicológicas. “Deficiencias hormonales, el consumo de ciertos medicamentos que puedan tener efectos secundarios que afecten la libido (antidepresivos, antihipertensivos, diuréticos, antialérgicos), o incluso cirugías postraumáticas, pueden generar pérdida del deseo”, explica Celia Laniado, médica especialista en clínica sexológica. Sin embargo, las principales razones se encuentran en la cabeza. “El estrés, la ansiedad, conflictos o discusiones en la pareja, falta de diálogo o sencillamente una mala experiencia sexual en el último tiempo pueden ser los desencadenantes más frecuentes de que algo falle en la vida sexual de una pareja”, reflexiona.
Para Arias, los factores psicológicos que más inciden en una “asincronía sexual” son todos aquellos que atentan contra la “erótica”. “La rutina, lo estable, lo anticipable, la ausencia de misterio, la falta de sorpresa y creatividad son factores determinantes. En una estructura de pareja estable todos esos componentes aumentan porque avanza fuertemente la estructura de la familia y de lo social, quedando en segundo plano lo relacionado al juego y a la vida sexual”, explica.
Las parejas que atraviesan una situación de este tipo rara vez acuden a un especialista. Paradójicamente, éste es el primer consejo que dan los especialistas como forma de tratar lo que, sin dudas, puede convertirse en un problema. Según Laniado, “lo que el especialista intenta es que el paciente reestablezca la intimidad con su pareja. Se tiene que lograr una conversación franca, sincera y abierta entre ambos, para poder encontrar juntos la solución a lo que les está pasando”.
Arias va más allá y recomienda “atender a la pareja como una estructura independiente”. Es necesario dejar los prejuicios de lado e ir a buscar el deseo perdido. “Quedarse sentado esperando que las ganas vuelvan es el peor error que cometen las parejas, ya que no se le puede pedir tanto a la sexualidad. Hay que enfocar a la pareja como un área más de nuestra vida que necesita atención, responsabilidad y esfuerzo. De ahí en más poner atención, voluntad, creatividad y, sobre todo, mucho juego”, aconseja.
El hecho de que uno quiera y el otro no, no significa precisamente estar delante de un problema. Sin embargo, es preciso prestar atención a estos factores para lograr disfrutar de una vida sexual plena, y evitar frecuentes “dolores de cabeza”.
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