Especialistas consideran difícil mantener relaciones íntimas que impliquen amistad sin compromiso.
Se conocieron en el liceo, pero la universidad los llevó a reanudar la amistad. Vilma y Daniel nunca han sido novios, pero cuando uno de ellos siente la necesidad de hacer el amor, basta un mensaje de texto para que pasen la noche juntos.
Poca falta hizo que estrenaran Amigos con beneficios, protagonizada con Justin Timberlake y Mila Kunis, para retomar ese viejo asunto, que parece tomar aire en una época de exagerada interacción por las redes sociales. ¿Se puede tener sexo con amigos sin que ello implique un compromiso? "Nosotros lo hacemos porque estamos claros en que no deseamos vivir en pareja; el coito para nosotros no significa anillo matrimonial", expresa Vilma, abogada, de 32 años de edad y dos noviazgos que terminaron en cruentos adioses.
A su lado, Daniel parece representar lo que ella busca: "Un amigo con quien puedo llegar a tercera base sin que me hagan out".
Ni promesas ni mentiras. "Para mí, nada de eso me sorprende porque ese tipo de relación amistosa con sexo es tan vieja y tuvo su momentos de albor en la década de los sesenta", explica Alfredo Gómez Sierralta, psicólogo clínico especializado en atención de parejas, de 62 años de edad y para quien eso que llaman "amigos con derecho", le suena a campaña viral para vender una película.
El asunto no es tan simple como lo despacha el especialista: si bien el coito esporádico con conocidos es de antigua data, este tipo de intercambio no amoroso cobra fuerza en la red, por lo que se ha vuelto popular y hay quienes explotan su lado encantador y apasionado.
Daniel, por lo menos, rescata la sinceridad. "No es un contrato con letras pequeñas al dorso, como pasa a veces en el matrimonio", afirma el ingeniero de sistemas, de 36 años de edad, de los cuales invirtió seis en un matrimonio perdido.
La idea básica del amigos con derecho es que no existe compromiso. Ambos saben que no habrá boda y que ninguno de ellos representa el príncipe azul. Como dice Vilma: "Se trata de un acuerdo en el obviamente no nos vinculamos emocionalmente, por lo que no habrá escenas de celos, ni maletas con ropas arrojadas desde el balcón".
Gómez Sierralta admite que quizás con el paso del tiempo haya adquirido relevancia el tema, porque las chicas de hoy tienen otras prioridades, antes que la del matrimonio.
Se dice que desde que Sharon Stone exhibió su insaciabilidad en Bajos Instintos, muchas mujeres comprendieron que pueden hacer uso del sexo por puro placer, sin riesgo a ser lanzadas a la hoguera.
"Hablamos desde luego de chicas diferentes a las de mi generación", explica el psicólogo. Subraya que 25 años después "la mujer se interesa más en su carrera e independencia que en las técnicas para atrapar al futuro marido".
Sin estrellas. Queda un escollo por salvar. El coito sin besos, caricias ni palabras tiernas es como cenar a toda prisa en un lujoso restaurante porque hay que regresar a la oficina.
Es lo que sostiene Irma Pérez, sexóloga de nueva generación, quien no admite que una relación sexual le cierre la puerta a la pasión. "No me creo eso de que mi amigo de ocasión toca a mi apartamento, se desviste y, al día siguiente, cuando despertamos, uno de los dos se ha marchado".
A Pérez, eso de amigos con derecho le suena más a un consolador que habla y tiene cédula de identidad, al que uno de los dos acude para aliviar la tensión sexual, y si se oye que alguno se le escapa un "te quiero", la magia se rompe y habrá que buscar otro amigo-consolador.
Pero Daniel y Vilma aclaran que, en su caso al menos, no es un acto mecánico, como el que exhibe el cine porno. Ellos saben que no serán una pareja con la que se saldrá de compras o ir al cine. El amigo con derecho responde sólo al plano sexual, de manera que no hace falta presentárselo a los amigos.
Obviamente, los amigos con derecho no están blindados de un flechazo de Cupido, que los sacuda y les haga comprender que deben pasar a la siguiente fase.
"Es lo que pasa cuando apagas las velitas de los 39 años y empiezas a mirar con ternura a un matrimonio con niños, o pasas las navidades de fiesta en fiesta y con la resaca de que has perdido un maravilloso tiempo", subraya Pérez.
A los 33 años de edad, la sexóloga afirma: "No me creo toda esa telenovela del matrimonio feliz, pero tampoco admito como un hecho irrefutable que el goce sexual se limite al coito, y la pasión se quede en el pasillo esperando que termine la escena sexual".
Poca falta hizo que estrenaran Amigos con beneficios, protagonizada con Justin Timberlake y Mila Kunis, para retomar ese viejo asunto, que parece tomar aire en una época de exagerada interacción por las redes sociales. ¿Se puede tener sexo con amigos sin que ello implique un compromiso? "Nosotros lo hacemos porque estamos claros en que no deseamos vivir en pareja; el coito para nosotros no significa anillo matrimonial", expresa Vilma, abogada, de 32 años de edad y dos noviazgos que terminaron en cruentos adioses.
A su lado, Daniel parece representar lo que ella busca: "Un amigo con quien puedo llegar a tercera base sin que me hagan out".
Ni promesas ni mentiras. "Para mí, nada de eso me sorprende porque ese tipo de relación amistosa con sexo es tan vieja y tuvo su momentos de albor en la década de los sesenta", explica Alfredo Gómez Sierralta, psicólogo clínico especializado en atención de parejas, de 62 años de edad y para quien eso que llaman "amigos con derecho", le suena a campaña viral para vender una película.
El asunto no es tan simple como lo despacha el especialista: si bien el coito esporádico con conocidos es de antigua data, este tipo de intercambio no amoroso cobra fuerza en la red, por lo que se ha vuelto popular y hay quienes explotan su lado encantador y apasionado.
Daniel, por lo menos, rescata la sinceridad. "No es un contrato con letras pequeñas al dorso, como pasa a veces en el matrimonio", afirma el ingeniero de sistemas, de 36 años de edad, de los cuales invirtió seis en un matrimonio perdido.
La idea básica del amigos con derecho es que no existe compromiso. Ambos saben que no habrá boda y que ninguno de ellos representa el príncipe azul. Como dice Vilma: "Se trata de un acuerdo en el obviamente no nos vinculamos emocionalmente, por lo que no habrá escenas de celos, ni maletas con ropas arrojadas desde el balcón".
Gómez Sierralta admite que quizás con el paso del tiempo haya adquirido relevancia el tema, porque las chicas de hoy tienen otras prioridades, antes que la del matrimonio.
Se dice que desde que Sharon Stone exhibió su insaciabilidad en Bajos Instintos, muchas mujeres comprendieron que pueden hacer uso del sexo por puro placer, sin riesgo a ser lanzadas a la hoguera.
"Hablamos desde luego de chicas diferentes a las de mi generación", explica el psicólogo. Subraya que 25 años después "la mujer se interesa más en su carrera e independencia que en las técnicas para atrapar al futuro marido".
Sin estrellas. Queda un escollo por salvar. El coito sin besos, caricias ni palabras tiernas es como cenar a toda prisa en un lujoso restaurante porque hay que regresar a la oficina.
Es lo que sostiene Irma Pérez, sexóloga de nueva generación, quien no admite que una relación sexual le cierre la puerta a la pasión. "No me creo eso de que mi amigo de ocasión toca a mi apartamento, se desviste y, al día siguiente, cuando despertamos, uno de los dos se ha marchado".
A Pérez, eso de amigos con derecho le suena más a un consolador que habla y tiene cédula de identidad, al que uno de los dos acude para aliviar la tensión sexual, y si se oye que alguno se le escapa un "te quiero", la magia se rompe y habrá que buscar otro amigo-consolador.
Pero Daniel y Vilma aclaran que, en su caso al menos, no es un acto mecánico, como el que exhibe el cine porno. Ellos saben que no serán una pareja con la que se saldrá de compras o ir al cine. El amigo con derecho responde sólo al plano sexual, de manera que no hace falta presentárselo a los amigos.
Obviamente, los amigos con derecho no están blindados de un flechazo de Cupido, que los sacuda y les haga comprender que deben pasar a la siguiente fase.
"Es lo que pasa cuando apagas las velitas de los 39 años y empiezas a mirar con ternura a un matrimonio con niños, o pasas las navidades de fiesta en fiesta y con la resaca de que has perdido un maravilloso tiempo", subraya Pérez.
A los 33 años de edad, la sexóloga afirma: "No me creo toda esa telenovela del matrimonio feliz, pero tampoco admito como un hecho irrefutable que el goce sexual se limite al coito, y la pasión se quede en el pasillo esperando que termine la escena sexual".
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